Mi madre viene asistiendo a cursos monográficos de Raku cada vez que tiene ocasión. Se lo pasan genial en estas sesiones que suelen durar todo el día. La primera vez hizo esta figura. Es una de mis preferidas. Lo cierto es que cualquier cosa hecha con esta técnica es una maravilla.
El Raku es una técnica desarrollada en Japón. Es una técnica que enseguida atrajo a los maestros de té influidos por la filosofía budista zen ya que les agradaba el contacto tan directo y primitivo con la tierra. Es una técnica en la que intervienen los cuatro elementos al agua, la tierra, el fuego y el aire y donde se obtienen al final tonalidades, texturas, matices y colores fascinantes y nunca iguales de una pieza a otra, que pueden ser desde rojos metalizados hasta craquelados, nacarados y tornasolados.
El Raku es una técnica desarrollada en Japón. Es una técnica que enseguida atrajo a los maestros de té influidos por la filosofía budista zen ya que les agradaba el contacto tan directo y primitivo con la tierra. Es una técnica en la que intervienen los cuatro elementos al agua, la tierra, el fuego y el aire y donde se obtienen al final tonalidades, texturas, matices y colores fascinantes y nunca iguales de una pieza a otra, que pueden ser desde rojos metalizados hasta craquelados, nacarados y tornasolados.
Las piezas se llevan a un horno y cuando los esmaltes alcanzan su punto de cocimiento se sacan, en estado de incandescencia y se depositan cuidadosamente, con la ayuda de pinzas de hierro, en un recipiente lleno de viruta de madera (también se pueden usar hojas de diario u hojas secas de árbol). El contacto con este medio incendia la viruta, las hojas o el papel y se genera una enorme cantidad de humo que penetra en la pieza y entra a hacer parte de ella. Los esmaltes (óxidos) con que han sido pintadas las piezas proporcionan una parte del oxígeno para esta combustión, convirtiéndose (reduciéndose) así en metal puro, lo cual le da la apariencia característica a esta cerámica. Luego de varios minutos, el proceso químico se fija bajando bruscamente la temperatura con agua.
Esta es su segunda pieza, totalmente distinta a la anterior en tonos y matices pero igualmente atrayente.
A veces ocurre en el proceso que siempre es manual que se rompe alguna pieza, en este caso, el ceramista de Raku recoge las piezas con cuidado y repara la pieza hasta ponerla en condición de utilizarse con sus cicatrices a la vista. Los alfareros antiguos del Japón resaltaban estas cicatrices al soldar con metales preciosos la pieza y en muchos casos le daban más valor a una obra así obtenida.
Aquí os muestro algunas fotos de su última sesión .
Y aquí está el resultado. Hasta pronto a tod@s.
Me ha encantado esta técnica y sus resultados, me gustaría mucho aprender a hacer cosas tan bonitas como estas, felicidades por conseguir cosas tan preciosas y por tener una hija que lo valore tanto, enhorabuena!!!
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